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“No entrará el amonita ni el moabita en la congregación del SEÑOR. Ni aun en la décima generación entrarán jamás en la congregación del SEÑOR, por cuanto no salieron a recibirlos al camino con pan y agua cuando ustedes salieron de Egipto, y porque él[a] contrató contra ti a Balaam hijo de Beor, de Petor, de Siria mesopotámica, para que te maldijera. Pero el SEÑOR tu Dios no quiso escuchar a Balaam. El SEÑOR tu Dios te convirtió la maldición en bendición, porque el SEÑOR tu Dios te amaba.

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Footnotes

  1. Deuteronomio 23:4 Cf. Núm. 22:4, ss.